El Sínodo de Bombay: Arraigados en Cristo, guiados por el Espíritu 

El Sínodo de Bombay: Arraigados en Cristo, guiados por el Espíritu 

Guiados por el Espíritu Santo, celebramos el Sínodo de Bombay los días 3 y 4 de junio en el Seminario de Bombay. Tuve el privilegio de participar en este sínodo representando a las Esclavas del SCJ. Fue realmente un evento “lleno de gracia”, ya que cada uno de nosotros articuló su sueño para la Iglesia, los aspectos dolorosos y las luchas, y lo que es más importante, nuestra respuesta a estos desafíos.

Los doscientos delegados incluyeron 22 religiosas y religiosos, 26 jóvenes, 34 mujeres laicas, 37 varones laicos, 50 sacerdotes y 3 obispos de toda la región. Los delegados incluyeron personas de diferentes grupos étnicos y lingüísticos (marathi, konkani, inglés, hindi, tamil y malayalam) en la arquidiócesis, así como migrantes, trabajadores domésticos e incluso niños y niñas especiales con sus padres, todos bajo una “tienda” que derramaba desde los corazones un espíritu de comprensión y aceptación mutuas. Compartimos con alegría lo que amamos de la Iglesia y la fe, así como lo que nos duele, con mucha franqueza respetuosa. El objetivo era discernir cómo podíamos mover nuestra” Iglesia hacia Ser Iglesia” de acuerdo con la voluntad de nuestro Señor Jesucristo.

Las sesiones y dinámicas interactivas fueron conducidas magistralmente por un equipo de facilitadores y moderadores profesionales. “Mente abierta, corazón abierto y voluntad abierta” fue el enfoque triple adoptado para ayudarnos a cada uno a suspender la voz del juicio, a sentir por aquellos en los márgenes y dejar ir nuestros miedos para ser ese mejor yo que cada uno de nosotras y nosotros está llamado a ser.  En los círculos de escucha, discernimos juntos cómo podríamos lograr una transformación en nuestras actitudes, así como cómo podríamos avanzar como comunidad en un espíritu de colaboración e inclusión.

Me impresionó mucho la participación y la reflexión de los jóvenes en el Sínodo.  Había mucho entusiasmo, y realmente desafiaron a la Iglesia con sus dudas, sus sueños y su dolor.

Pude sentir las resonancias del GCXXI en todas las discusiones e intervenciones del sínodo. Me sentí tan feliz de que como Esclavas hayamos comenzado este proceso de caminar junto con la Iglesia.

Realmente fue una poderosa experiencia pentecostal para la Arquidiócesis de Bombay.

Bindu Michael, aci