La diaconía de la Iglesia / Argentina

La diaconía de la Iglesia / Argentina

¡NUESTROS QUERIDOS MIGRANTES, LA MAYOR PARTE VENEZOLANOS, EN ESTE TIEMPO DE CUARENTENA LA ESTÁN PASANDO MAL!

Sí, lo poco que podían trabajar para conseguir algunos pesos, con la pandemia del Covid 19 se les acabó; a muchos la cuarentena les ha dejado sin trabajo. Están pasando hambre y algunos son familias con chicos.

También nosotras estamos con muy poco quehacer en la casa. Una de las pocas actividades que tenemos es la de recibir alimentos del gobierno de la ciudad para armar cajas con algunas provisiones y que las familias puedan comer algunos días, cuando se les vació su pequeña despensa. Llega la camioneta con paquetes de arroz, harina, azúcar, fideos, porotos, garbanzos y sobre todo muchas bolsas de lentejas; galletas, mermeladas, latas etc. Todo entra en la casa, se almacena en uno de los salones y ahí una hermana pasa algunas mañanas preparando bolsas de alimentos con lo esencial; un poco más un poco menos según el número de personas por familia. Una vez la caja está completa, se pone la etiqueta con el nombre y dirección y por la tarde sale todo gracias a un amigo taxista, que va haciendo el reparto de cinco a diez cajas cada vez.

El taxista nos cuenta cómo se reciben, la sorpresa, la alegría, el descanso en los rostros, cuando la persona que abre la puerta al oír el timbre y descubre de qué se trata. Algunos de ellos nos escriben pequeños mensajes:

“Hace un rato me entregaron la caja. Muchas gracias. Mis hijos felices con los chocolates, todo es de gran ayuda.” “Ya recibí con gran amor los alimentos. Mil gracias Bendiciones infinitas para Usted!!!” “God bless u all for the love you have shown as God bless u all for your kindnes

“Hola hermana, si si, ya pasó por acá hace algunos minutos y dejo unas bolsas con mucho pan entre otros … No sé cómo agradezco eso de verdad”. “Si hermana acabo de recibir una caja con mercadería y una bolsa con verduras … Que amable es usted y su organización que dios le bendiga” “Muchas gracias esperamos una Venezuela libre Dios mediante”.

“Hola hermana. Dios la bendiga, hermana usted no necesita un empleado quiero trabajar para poder costearme la necesidad económica, con la situación de la cuarentena es difícil conseguir un empleo. Y le doy las gracias de la caja de alimento que me enviaron la otra vez. Si sabe de un trabajo le agradezco necesito trabajar hago cualquier cosa”. “Gracias. Dios la bendiga Hermana que lindo trabajo hacen yo quería tener un trabajo como eso ayudar a otros”. “Bravo a vos y a tus colegas si necesitan mi ayuda avisen” “Hola muchas gracias, ese fue nuestro almuerzo estaba muy rico todo, es de gran bendición, queremos algún día ir y darles un gran abrazo y agradecerles por tanto”.

Estos mensajitos son consoladores para nosotras.

Pero sobre todo una cosa positiva de este tiempo, es este servicio, “Diaconía”, que la iglesia está desarrollando en este tiempo fuertemente, una de sus tres misiones los Sacramentos, la Predicación o kerigma y la Diaconía.

 Rosamaría Basterrechea