CELEBRAR EN TIERRA EXTRANJERA / ARGENTINA

CELEBRAR EN TIERRA EXTRANJERA / ARGENTINA

El pasado 11 de septiembre celebramos a Nuestra Señora de Coromoto, pero este año, por primera vez no lo hicimos en nuestra tierra, de la que ella es Celeste y Principal Patrona, sino en tierra extranjera. Cuantos recuerdos vinieron a mi corazón, mis primeras peregrinaciones, aquellos rezos a la Madre, pidiendo con la inocencia de una niña que cuidase a mi familia, que me permitiese crecer y jugar en paz.

 

Como a muchos compatriotas venezolanos, me toca, celebrar a nuestra Madre estando lejos de Su casa y de la nuestra, aquel lugar donde nacimos, crecimos y soñamos nuestro proyecto de vida u trabajamos duro por construir un futuro digno para nuestros hijos.  Pero aquí, estamos viviendo esta fiesta fuera de nuestra patria, sin todavía entender bien porque la historia hace silencio cuando miles de personas se ven obligadas a dejar su país. Pero aquí estamos, agradecidos y rezándole, seguros que esta experiencia, que muchos atravesamos de dolor y desarraigo, nos une más a María,  y nos permite darnos cuenta que  su fidelidad y protección nos acompañan siempre,  donde quiera que vayamos.  Su corazón de Madre recibe cada noche, nuestras lágrimas y nuestros miedos, y cada mañana nos anima a recomenzar la vida y nos consuela y fortalece, tal vez porque su corazón de Madre, sabe de entregas y dolores y sobe todo  no tiene fronteras.

 

La misa que celebramos ayer, en la Catedral de Mercedes, rezando en su honor, fue rezada con mucha paz, aquella que anhelamos para nuestra amada Venezuela y pudimos sentir que a través de María, en la advocación de Nuestra Señora de Coromoto,  el Señor, nos sigue mostrando  cuán grande es su amor por nosotros.

 

Gracias Virgencita de Coromoto, por hacernos familia y poder celebrarte, también hoy. Muchas cosas cambiaron, el paisaje, los cantos de la misa, y hasta la manera de celebrarte, pero no cambia nuestro amor.  Hoy,  junto a los hermanos argentinos  que piden  con nosotros por nuestra Patria, te confiamos la  súplica por la justicia y la paz, en nuestra amada Venezuela.

 

Ana Elia, Venezolana residente en Mercedes, Buenos Aires.