15 Mar NIÑOS RETORNADOS / VIETNAM
La vida de los niños retornados de Camboya en Tan Bien, Vietnam.
Ha pasado casi un año desde que comenzamos la experiencia en Tay Ninh. En poco tiempo, hemos iniciado bastantes servicios aquí, como la enseñanza de inglés, matemáticas y vietnamita en verano, y el catecismo en la parroquia de Thanh Linh. También visitamos a los ancianos y a los enfermos. Sin embargo, el principal trabajo apostólico al que apuntamos es la educación del grupo de niños pobres retornados.
Tenemos dos grupos: El primero comenzó poco después de nuestra llegada en mayo y consta de nueve niños. Sus casas están cerca de donde vivimos. La Hna. Phuong está a cargo y da la clase en nuestro salón. El otro grupo, más cercano a la zona de la misión, está a unos 12 km de nosotros. Empezamos las clases con este grupo el 19 de septiembre de 2019. La Hna. Hang y yo nos encargamos de esta clase, que comienza a las 8:00 am y termina a las 10:30 am. Se lleva a cabo en el patio de una casa privada porque no hay instalaciones en la iglesia todavía. Al principio, eran unos 8 niños; luego el número aumentó a 17. Sin embargo, en la actualidad sólo son 12. Algunos dejan de venir por su propia situación familiar.
La mayoría de los niños de este grupo venden billetes de lotería antes y después de la clase. Alrededor de las 7:15 un niño ya se las arregla para vender de 60 a 70 boletos. Hay un chico que vive con sus padres y su hermano mayor en una habitación alquilada. Él y su hermano estudian con nosotras. La familia es budista. Lo conocí vendiendo billetes de lotería de camino a clase. Después de 20-30 minutos, vino a clase. Fui a visitar a su familia varias veces. Desafortunadamente, su padre falleció hace poco más de una semana de cáncer. Desde entonces se han mudado temporalmente a la casa de su tío. Fuimos a visitarlos porque no hay clases. Parecen más delgados. Le pregunté a la madre sobre la mudanza a la casa alquilada, y me respondió: “No lo sé. Todavía le debemos el alquiler al dueño. Así que estamos trabajando para pagar la deuda”. Luego añadí: “¿Qué hay de los dos chicos, volverán a clase?” Ella me dijo “¡Quizás! Tenemos que trabajar duro para resolver la deuda”.
Debido al Coronavirus, todas las escuelas están cerradas. Planeamos trasladar nuestra clase a la Iglesia de la misión. No sabemos cuántos niños pueden venir. Este lugar está a unos 3 km de sus casas. Algunos niños son pequeños, y es peligroso para ellos caminar por la autopista, que es la principal ruta hacia la frontera de Samat, una de las rutas hacia Camboya. Prevemos un comienzo difícil, pero aún así esperamos y deseamos un futuro mejor para estos niños. Contamos con vuestras oraciones por nosotras y por nuestra nueva misión aquí. Muchas gracias. Dios nos bendiga a todos.
Martha Anh, aci