ayudarnos a permanecer en la esperanza/irlanda

ayudarnos a permanecer en la esperanza/irlanda

En continuidad con el trabajo de colaboración que con el JRS hacemos desde hace más de un año, visitando y acompañando a refugiados en dos de los principales centros en las afueras de Dublin, también nuestra presencia concreta ha tenido que adaptarse en este tiempo de inseguridad y confinamiento.

En estos centros, el número de personas por habitación, dependiendo del tamaño del cuarto, era entre 3 a 7 personas. A pesar de tener siempre presente el deseo de atribuirles el mismo pequeño espacio según afinidades, no siempre ha sido posible. Por país, por zonas de proveniencia del globo, por religión, por… Se respeta sobre todo a las familias completas y se les atribuye una habitación solo para ellas, pero a veces, se trata de espacios de veras pequeños. Madres solas con hijos, en ocasiones comparten la habitación con otra madre sola con hijos…

Así que el primer problema a solucionar por el Covid-19 ha sido la densidad de población del centro de recepción y de los centros de provisión directa. Urgía disminuir el número de personas por habitación. El Gobierno consiguió acuerdos con Hoteles sin turistas – también por el virus – y en el espacio de tres o cuatro días cantidad de gente fue desplazada para otros lugares. El máximo permitido pasó a ser 3 personas por habitación en espacios donde antes vivían 6 o 7 personas. Fue una gran tarea.

Durante todo este proceso hemos estado presentes por teléfono, intentando tranquilizar a todos los que nos llamaban de que esta medida era temporal y que de nuevo regresarían a su lugar de origen cuando fuera de nuevo seguro.

Y este es el trabajo y el modo como ahora nos hacemos presentes en los centros. Manteniendo el contacto, llamando para ver si hay algo en que podamos ayudarles, y si lo hay ponerlo en marcha, aceptando sus llamadas con dudas, con inquietudes, con necesidad de información sobre la implicación que esto podrá tener en su proceso legal aun no finalizado, con miedos de poder ser repatriados al estar los plazos llegando a su fin…

Hay una necesidad común: la necesidad de experimentar la esperanza mientras se espera que todo regrese a la normalidad. Creo que ese está siendo el trabajo prioritario que estamos haciendo y teniendo que enfrentar: ayudarnos, unos a otros, a permanecer en la esperanza que nos fortalece para ser apoyo para los demás.

Irene Guia, aci

“La esperanza no es optimismo. El optimismo espera que las cosas mejoren, la esperanza es una virtud fundada sobre el sufrimiento. Es una Gracia que da la fuerza. La esperanza es una promesa enraizada en el corazón y una guía hacia un futuro desconocido” Mark Raper, sj (Ex- director Internacional de JRS)