24 May la clave es nuestro comportamiento/curia
Cuando la última Congregación General nos lanzaba con el Decreto 2 a la práctica de una Economía Social y Solidaria que se refleje en opciones concretas, nunca pensamos que nos llegaría el momento de implementar estas opciones durante y tras una pandemia como la que estamos viviendo hoy.
Hace dos meses estaba previsto el encuentro “La Economía de Francisco” en Asis para economistas, empresarios, jóvenes, representantes de la Iglesia para discutir un enfoque más sostenible de las finanzas y la economía. La reunión fue cancelada por el Coronavirus. Pero el tema sigue siendo muy actual, considerando que el colapso de la economía en estos días corre el riesgo de crear una multitud de nuevos pobres.
El profesor Leonardo Becchetti fue elegido relator para este evento, es especialista en economía social y solidaria. En una entrevista que le hicieron en “Settimana news” afirma:
“La epidemia nos enseña que la clave para resolver los problemas es nuestro comportamiento. Pero esto siempre es cierto no sólo en las emergencias. Estamos haciendo un gigantesco esfuerzo de coordinación como ciudadanos. Si, después de la crisis, sustituimos el mantra “quedémonos en casa” por el mantra “hagamos nuestros estilos de vida más sostenibles” y “votemos con nuestras carteras” por las empresas líderes en la creación de valor económico de forma social y ambientalmente sostenible, el mundo cambiará. Si las opciones macroeconómicas dependen de los gobiernos, todo lo demás depende de nosotros.
La dificultad de lograr esta utopía es que para que gane la votación con la cartera se necesitan cuatro cosas: concienciación, información sobre la calidad social y medioambiental de las empresas, coordinación de las elecciones individuales (lo que estamos experimentando con el Coronavirus) y no precios prohibitivos. Hemos estado trabajando en esto durante muchos años construyendo plataformas con la sociedad civil que ayudan a la difusión de las calificaciones sobre la sostenibilidad social y ambiental de las empresas (como https://www.nexteconomia.org/ y https://www.eyeonbuy.org/). https://www.benecomune.net/ ” (*entrevista completa al final)
Ahora es el kairós para volver sobre nuestro Decreto de Economía Social y Solidaria de la CG XX en 2017 y seguir optando por cada una de sus sugerencias:
- Revisar nuestros modos y criterios de consumo discerniendo cuáles son nuestras necesidades y deseos que nos humanizan y distinguirlos de otros apetitos. Esto nos ayudaría a ganar en “consciencia” y evitar acumular cada vez más cosas que, en lugar de vivirlas como regalos y dar gracias a Dios, se convierten en necesidades;
- Optar por los valores y productos del comercio justo: “Comprar es siempre un acto moral, y no solo económico”. Nuestras compras suponen una demanda de bienes y servicios a la que los productores intentarán responder. Si en cada compra usamos bien “el voto de la cartera”: llegaremos a una mayor justicia y una ecología integral.
- Poner en práctica lo establecido sobre el límite entre reservas necesarias y acumulación de riqueza. Todas las Comunidades estamos llamadas a compartir con otros lo que tenemos, por eso debemos articular adecuadamente las reservas prudenciales para hacer frente a imprevistos y la comunicación de bienes dentro y fuera de la Congregación.
- Discernir la manera de invertir las reservas necesarias para promover mejor nuestra misión y facilitar la comunicación de bienes entre nosotras y el compartir con los más necesitados. No solo “comprar es un acto moral” sino también “invertir siempre es un acto moral”. Nuestras inversiones son para la misión y son parte de la misión, por eso no se rigen por la brújula de la mayor ganancia, sino por la ética, por lo que sea socialmente responsable, sostenible y de impacto, en una óptica del bien común: la promoción integral de la persona humana, el destino universal de los bienes y la opción preferencial por los pobres.
- Procurar que nuestros edificios sean sostenibles y así solidarios con el planeta y los seres humanos: en nuestros edificios queremos implementar todo lo que evite cualquier forma de contaminación ambiental, optando por las energías renovables, el ahorro energético y el compromiso ecológico.
Si ponemos en práctica cada una de estas opciones, no solo estaremos “respondiendo” a la petición de la CG, sino que nos orientaremos en este crítico momento y junto a muchos otros, hacia una economía más humana y en sintonía con el medioambiente.
Elina Graceffa, aci