la eucaristía nos conecta en la fiesta de santa rafaela maría/españa

la eucaristía nos conecta en la fiesta de santa rafaela maría/españa

Compartimos los testimonios de una familia y un profesor sobre la celebración “virtual” de la Fiesta de Santa Rafaela.

¡Somos muchos más!

Este año, como cada 18 de mayo, hemos celebrado una preciosa Eucaristía, en la que hemos participado desde distintos lugares de España, familias, hermanas, profesores, alumnos de los diferentes colegios… cada uno desde nuestra casa, convirtiéndose en una pequeña Iglesia y en cada una de ellas, una pequeña comunidad.

Preparamos todo con detalle para vivir una Eucaristía única, todos en familia como siempre hacemos, encendimos una vela, pusimos una imagen de Santa Rafaela y todos juntos nos sentamos nerviosos mirando el reloj y deseando que empezara. En casa lo vivimos como un gran acontecimiento y muy ilusionados. Comienza la Eucaristía y ya desde el primer momento, con la monición de entrada y los cantos, nos trasladamos a las Eucaristías del colegio que vivimos años anteriores, con la diferencia de que ahora como decía antes, la Iglesia se ha trasladado al salón de nuestra casa.

Cuando nos fijamos en el lateral de la pantalla, comprobamos en el chat, que somos miles de personas las que nos hemos reunido en torno a ella y a ésta celebración, ¡jamás lo hubiéramos podido imaginar!, ¡no somos cuatro en mi salón, somos muchísimas personas unidas en esta Eucaristía! Eso nos hace sentirnos parte de una gran familia que Santa Rafaela comenzó y que sigue aumentando gracias a la labor de muchas personas comprometidas con ella, con sus valores y con su pedagogía del corazón. Vemos que no somos los únicos que la queremos, que somos muchos los que con alegría esperábamos su día y nos hemos unido hoy a celebrarla.                  

Familia Mateos Orozco del Colegio de Jerez de la Frontera

¡Formamos parte de ese corazón universal, que santa Rafaela soñó!

Hoy 18 de mayo, no estamos aquí porque sí, sino porque el ejemplo y la voz de las fundadoras, sobre todo, Rafaela, nos sostiene y nos empuja. Nos da luz y claridad.

A pesar de no podernos mover existe un viaje para el que no necesitamos combustible físico, ni pagar un billete, ni coger transporte público o privado. Se trata del viaje invisible.  Un movimiento que no se ve, pero se aprecia: el del cariño, el del compromiso, el del consuelo, el de la fraternidad. La comunidad virtual es precisamente el reflejo de ese viaje, aupado por las manos de santa Rafaela y de su mensaje.

Juntos hemos podido compartir color, deseos, también tristeza y dolor por los que más sufren y han sufrido esta enfermedad. Para algunos alumnos habrá sido su primera celebración del día de la santa, para otros la última, especial y distinta. ¿Tal vez anhelaban el tacto, el abrazo, el contagio más cercano de la emoción?

Hemos sido capaces de, en lo pequeño, crear algo grande. Hemos visto caras que jamás hubiésemos visto, escuchado voces desconocidas, hemos mirado ojos que nunca antes habíamos mirado, pero lo más importante es que hemos aprendido que más allá del nombre propio o del lugar de procedencia, e incluso de la fecha, formamos parte de ese corazón universal del instituto con el que santa Rafaela quiso soñar.

Alberto Rodríguez de Ramos, profesor del Colegio de Martínez Campos, Madrid