De guardar la vida a arriesgarla / España

De guardar la vida a arriesgarla / España

SIRVIENDO JUNTOS, verano 2020

Un verano diferente, una llamada a Servir Juntos. La Universidad Loyola, el centro San Hipólito (Jesuitas) y el Colegio Sagrado Corazón (Esclavas) de Córdoba, nos unimos entusiasmados acogiendo la propuesta SJV2020. En plena desescalada del confinamiento, con ganas de acercarnos a las realidades más vulnerables, después de un periodo en el que habíamos vivido guardando la vida, sentimos una llamada a salir y arriesgar sirviendo.

Formamos el equipo coordinador, dos profesores de La Loyola, el superior de los jesuitas y yo, comenzamos a bucear en distintas realidades de nuestra ciudad, al otro lado del teléfono nos encontramos con la huella que la Pandemia había dejado en los colectivos más vulnerables, miedo, incertidumbre, puertas cerradas, proyectos congelados como medida de protección.

CUATRO PROYECTOS SE NOS PRESENTABAN COMO OPORTUNIDAD PARA SERVIR:

Dos en barrios del sector sur de Córdoba, del que nos separa el rio Guadalquivir, como siempre el “sur” vive en la exclusión y máxima necesidad:

Puerta Verde: se organiza desde la Parroquia de Santa Luisa de Marillac, abarcando las zonas polígono Guadalquivir y sector sur. Zonas en situación de exclusión social, cuyas principales dificultades son violencia de género, pobreza, padres encarcelados, relaciones toxicas… es el mayor cordón de pobreza de nuestra ciudad de Córdoba. 

Puerta Verde pretende a través del juego y talleres, aportar, reconducir, alentar a niños, adolescentes y jóvenes en situación de exclusión social, pobreza y marginación.

Reparto de alimentos: Parroquia Ntra. Sra. de la Asunción (Parque Figueroa). Es un barrio de trabajadores que se han visto afectados por la crisis económica derivada de la Pandemia. Atiende a 130 familias en situación de riesgo por falta de recursos. Ha convertido el templo en un lugar para la recepción de alimentos y productos de higiene.

Dos con inmigrantes llegados a nuestras costas en patera

Proyecto ÖDOS (oasis en el camino), Montilla:  atención integral a mujeres y niños llegados a las costas andaluzas.

Acogida de jóvenes marroquíes, en Pedro Abad:  atención a jóvenes que han estado en un centro de menores y al cumplir 18 años quedan en la calle, sin papeles.  A la espera de trabajos agrícolas que les ayuden a regularizar su situación de ilegales.

Para estos cuatro proyectos contamos con un grupo de 60 voluntarios, durante todo el mes de julio, dividido en quincenas.  Cada día comenzamos la actividad voluntaria en la presencia del Señor con un rato de oración juntos. Con la invitación al examen diario, para ir releyendo la experiencia, “círculo magis” semanal, martes y jueves encuentro de todos para recibir formación.  La quincena la cerraba la Eucaristía, como momento para dar gracias por tanto bien recibido y repartido.

Una experiencia que a los jóvenes los ha llevado a descubrir ¡cuánto se puede disfrutar sirviendo!, les ha dejado con deseos de “más”, les ha acercado a realidades muy distintas a sus vidas, ayudándoles a abrir los ojos y dejar que sus corazones se muevan para sentir que otro mundo es posible.

Yo he participado como voluntaria en la experiencia del Proyecto ÖDOS, en el que, con clases de español, talleres, juegos, bailes, piscina… he podido sentir la cercanía y la ternura de Dios en abrazos, besos, alegría, acogida… me he sentido atraída por el color negro de su piel que me habla de camino, superación, sufrimiento, riesgo, búsqueda, sueño, dolor… Les hemos podido regalar acogida, alegría, esperanza, dignidad y sobre todo cariño como bálsamo que cure y alivie tantas heridas del camino. Junto con la experiencia de ver a los jóvenes entregarse con total generosidad a estas mujeres y niños que, en su mayoría están de paso, de descanso, de sanación… para continuar el camino incierto de encontrar un lugar en Europa donde trabajar y respirar.

He acompañado la experiencia de Pedro Abad, que se vio agredida, con un final que ninguno hubiésemos deseado, pero que nos ha hecho más conscientes de lo difícil que lo tienen estos jóvenes entre nosotros, de los prejuicios y en ocasiones rechazo a los que son diferentes. He podido compartir está experiencia con voluntarios que desconocía y de nuevo quedar sorprendida de la generosidad de mucha gente buena que hay en el mundo, y con esto me quedo. Creo firmemente que Rafaela María, en su pueblo y en su casa, salvó de la agresión a Kamán, que pronto se recuperó y pudo unirse al grupo.

Un mes intenso en encuentros, trabajos, carretera, reuniones, experiencias, despedidas, celebraciones… Ahora miro hacia atrás y solo me queda AGRADECER tanta vida recibida y repartida, tantos rostros, abrazos, miradas… que se quedan en mi vida como parte de ella.  Quiero terminar con el testimonio de Gonzalo, antiguo alumno y monitor de grupos ACI, publicado en las redes sociales al terminar la experiencia en ÖDOS: “Borracho de sonrisas, embarazado de ellos, resacoso de sentimientos, sed de más, mono de servir, una experiencia más, la experiencia de servirjuntosverano2020”.  

Paqui Oñate, aci