La riqueza de compARTIR LA VIDA CON ASSA/ITALIA

La riqueza de compARTIR LA VIDA CON ASSA/ITALIA

Las chicas de la residencia conocimos a Assa de la que ya os contamos la historia sobre cómo había llegado a la comunidad de Bolonia, en noviembre, pero al principio, también por la timidez mutua, no nos unimos mucho. Afortunadamente, Ilaria, una antigua residente que fue invitada por las Hermanas en ese momento, fue como un puente entre nosotras y Assa. Regresando de las vacaciones de Navidad, se empezó a desarrollar una relación de amistad y hemos descubierto que Assa es una persona de oro.

Las Hermanas nos pidieron si podríamos dedicar un poco de nuestro tiempo a ayudar a Assa a aprender italiano. Las chicas que se ofrecieron iniciaron un plan de clases semanales, algunas más clásicas (usando un libro de ejercicios) y otras más ligeras (como aprender italiano a través de canciones).

Las chicas que han dado clase a Assa están muy contentas de cómo ha ido: Assa se esfuerza mucho y no se rinde ante un idioma totalmente distinto al suyo. Además, es muy curiosa y a menudo pide aclaraciones, incluso sobre temas no tratados en clase. Todas las chicas nos sentimos unidas a Assa: después de un poco de incomodidad inicial, nos hemos abierto mutuamente y hablado de las diferentes culturas y experiencias de vida.

El italiano de Assa ha mejorado mucho en estos meses. En enero nos comunicábamos principalmente en inglés, mientras que ahora podemos hablar con Assa en italiano, recurriendo al inglés sólo cuando no logramos hacernos entender. La dedicación de Assa a aprender italiano ha sorprendido positivamente a todas y estamos muy contentas por ella.

Además de las lecciones, Assa cena cada noche con nosotras. La noche se ha convertido en un momento de compartir historias, culturas y alimentos.

Assa nos ha hecho probar un plato típico de Eritrea: el shiro, una crema a base de tomate fresco y cebolla, a la que una vez cocidas se añade una mezcla formada por harina de garbanzos y especias (bereber). ¡Una delicia para el paladar, aunque un poco picante! Me ha gustado mucho cocinar con ella y sobre todo comer juntas: me ha mostrado la forma tradicional de comer el shiro, con el pan injera, similar a una piadina, con la que se recoge la crema para llevarla a la boca.

Assa también ha probado algunos platos típicos italianos traídos por nosotras: siempre prueba todo, aunque ahora es un poco vacilante cuando se encuentra con los dulces a base de almendras. ¡Son demasiado dulces para ella!

Una noche, mientras cenábamos con Assa, estábamos planeando hacer un pastel de mug, un pastel en una taza. No podíamos explicarle lo que queríamos hacer porque Assa no sabía la palabra inglesa  taza, mug. Cuando dijimos la palabra en italiano, ella la entendió: no tanto porque ya la había oído decir a otros italianos, sino porque en tigrigna (su idioma) la palabra para decir taza es igual que en italian. Assa nos dijo entonces que hay muchas palabras en tigrigna que son similares a las italianas, como la ventana y el armario.

Este descubrimiento nos sorprendió a todas, porque no teníamos idea de la presencia de palabras italianas en tigrigna y nos hizo reflexionar sobre la realidad del colonialismo italiano en África, que a menudo se cuenta en la escuela como un hecho de importancia secundaria, Pero, para haber quedado tantas palabras en la lengua de Eritrea, debe haber dejado un signo más profundo de lo que se imagina generalmente.

Por último, antes de escribir este artículo, todas nos preguntamos sobre qué característica de Assa nos golpeó o dejó una marca.

Para Eleonora, la independencia es el valor principal de Assa, o mejor dicho, la voluntad de hacerse independiente. Assa se está esforzando mucho para aprender italiano y luego hacerse autónoma en Italia, pero muestra su independencia también de otras maneras: es siempre activa y se lanza en situaciones que para ella podrían ser poco confortables, como cenar con nosotras las chicas de la residencia, incluso cuando no nos conocía y apenas hablaba el idioma.

En Emanuela Assa recordó que los gestos de todos los días y las pequeñas cosas de la vida son comunes en todo el mundo, aunque en contextos sociales diferentes. Hablando, sucedía que se contaban experiencias de la escuela o aventuras de cuando eran pequeñas: por muy lejos que estemos los unos de los otros geográficamente y por lo lejos que nos sintamos, algunas cosas son compartidas por todos los seres humanos.

Cecilia, en cambio, quedó impresionada por la risa cristalina de Assa y su dulzura, que sale sobre todo cuando habla de sus amigos y de sus familiares.

Para Marta el don de Assa es su capacidad de ver lo bello en otras personas y de llevarlo a la luz. Marta me contó, por ejemplo, que cuando le pregunta cómo fueron las clases de italiano con las otras chicas, Assa dice poco de lo que hicieron, pero se detiene sobre todo en la otra chica y sus cualidades.

Catalina, en cambio, ha dado voz a un pensamiento compartido, es decir, que Assa muestra una fuerza increíble al afrontar la vida y es admirable por ello. Sus experiencias de vida son muy diferentes de las nuestras, pero maneja situaciones muy pesadas, como la separación de su familia, con una fuerza de ánimo envidiable.

Para concluir, todas queremos agradecer a Assa todo lo que nos ha dado en este año de amistad y esperamos que su vida esté cada vez más llena de alegría y felicidad.

Emanuela, Marta, Catalina, Cecilia, Eleonora

Residencia Universitaria ACI, Bologna