NACIÓ GIANLUCA Y YA TIENE CEDULA/URUGUAY

NACIÓ GIANLUCA Y YA TIENE CEDULA/URUGUAY

El 25 de marzo llegaron a nuestra comunidad de Esclavas en Montevideo, Uruguay, Lisbeth
Carmona y su hijo Eduardo de 11 años. Lisbeth estaba embarazada, habían viajado desde Lima,
Perú, arribando a Uruguay por Paysandú, ciudad al oeste del Uruguay. Y el domingo 27 le
festejamos el cumpleaños 41 a Lisbeth, una alegría que estén con nosotras!
Lisbeth y Eduardo son venezolanos, y estuvieron alojados en una pensión en la Ciudad Vieja,
barrio de Montevideo, donde abundan las pensiones para migrantes cuyos precios por una
habitación igualan al costo de alquiler de un mono ambiente. Cuando Lisbeth se acercó al SJM
donde trabaja una hermana de la comunidad, estuvimos de acuerdo todas las hermanas, que
ellos serían los siguientes migrantes que alojaríamos. Ya había pasado por aquí otra familia de
venezolanos que, gracias a Dios, se han podido mudar a una vivienda, no muy lejos de nuestra
comunidad.


El bebé de Lisbeth nació el 4 de abril de madrugada. Salimos en un taxi hacia la emergencia de
la maternidad de un hospital cercano, y la señora, “doulas,” que la estuvo acompañando en los
últimos meses del embarazo llegó enseguida para estar con ella en el momento del parto. En el
hospital público la atención tanto sanitaria como social está enmarcada en un conjunto de
ayudas por parte del Ministerio de Salud y el Ministerio de Desarrollo Social, que le brindan a
la mamá y al bebé los controles de salud necesarios, algo de ropa, pañales, alimentos y un
apoyo económico por lo menos para el comienzo, y algunos de estos aportes se los dan por un
año. Demás está decir que Gianluca fue dado de alta con la cédula uruguaya que se puede
sacar en el registro civil en el mimo hospital donde nació. Lisbeth y Eduardo tienen que hacer unos
trámites más largos que les permitirán algunos beneficios por ser migrantes. Las hermanas
argentinas de nuestra comunidad que llegaron en febrero están todavía en ¡trámites! para
obtener la cédula uruguaya como residentes permanentes.


Uruguay se considera un país “amigo” en cuanto al ámbito legal en muchos aspectos. En estos
últimos años han arribado muchos venezolanos y cubanos, y algunos dominicanos y de otros
países de Latinoamérica, por lo que se han venido ajustando las leyes tanto para beneficiar a
los migrantes como para mantener los controles migratorios. Hay actualmente una gran
afluencia de migrantes, que en el caso de Uruguay, por ser un país de poca población, no tiene
una infraestructura en las fronteras para alojar a las personas que están de paso. Cuando
Lisbeth llegó a Paysandú le dio covid positivo y tuvo que ser alojada en un hotel junto con
Eduardo donde hicieron los días de cuarentena.


Al llegar a casa sintieron un gran alivio, dado que la situación era de mucha vulnerabilidad, y le
ofrecimos además de alojamiento, la confianza y amistad que les ayudará a ir insertándose de
a poco en nuestra sociedad uruguaya. Eduardo todavía tiene que trasladarse a la escuela en
otro barrio, pero se está haciendo lo posible para que pueda seguir escolarizado en una de las
escuelas que queda a unas cuadras de casa. Lisbeth maneja muy bien la máquina de coser y
pronto, cuando ya pueda dejar a Gianluca un poco solo, se sumará a un grupo de
emprendedoras que le permita independizarse.


Nuestro apartamento estará disponible para otros migrantes en unos meses. Formamos parte
de una red de ayuda que se fue gestando ante tal necesidad de vivienda para migrantes, junto
con los jesuitas, y con la Conferencia de Religiosos del Uruguay, que también tienen casas
acondicionadas para este fin, sumamos nuestro esfuerzo con el de otros en favor de los
derechos y del bienestar de los migrantes que llegan a nuestros países.

Inés García, aci