FIN TERCERA PROBACIÓN. Roma

FIN TERCERA PROBACIÓN. Roma

El tiempo vuela y ya hemos clausurado la Tercera Probación 2023. Han sido 6 meses de caminar en confianza y de dejarnos transfor juntas. Ha sido un período extraordinario para cada una de nosotras y expresamos nuestra sincera gratitud al Señor y a nuestro Instituto. Todas nos alegramos mucho cuando la Hna. Charo anunció que todas habíamos sido admitidas para la profesión perpetua. Nuestro abrazo fraterno se unió a nuestras lágrimas de alegría.

En nuestro último día de encuentro con nuestra formadora de tercera probación, la Hna. Inés Oleaga, ella expresó su gratitud a cada una de nosotras por nuestra confianza y transparencia. También nos transmitió algo muy valioso, que “el Señor ha puesto su confianza en nosotras, y nosotras debemos seguir poniendo nuestra confianza en Él constantemente, en nuestras hermanas repetidamente y en nosotras mismas siempre. Porque esta confianza producirá muchos milagros”. Guardamos este mensaje en nuestro corazón y creemos firmemente en los milagros diarios que se despliegan cuando confiamos.

El 17 de julio, la H. General Charo y sus asistentes se reunieron con nosotras. Las palabras de Santa Rafaela María a María de la Cruz en diciembre de 1898, “para Jesús, nunca es demasiado dar a manos llenas”. (Carta nº 464) dieron pie al inicio de las palabras de  Charo suscitando su agradecimiento al Señor por concedernos un tiempo de gracia con grandes y abundantes bendiciones. También expresa su gratitud a nuestra formadora, la Hna. Inés, por invitarnos a asumir la responsabilidad de nuestras vidas y a ser buenos testigos de los intereses de Dios; a la Hna. Lucía, por acompañarnos y traernos la Palabra de Dios y del Instituto durante los 30 días de retiro; al P. Marcelo, SJ, por su disponibilidad para celebrar la misa para nosotras en el tiempo de los Ejercicios Espirituales; y a todos las que han formado parte de nuestro camino. Nos recordó amablemente que debemos cultivar un corazón lleno de gratitud y generosidad, un corazón que desea seguir de cerca a Cristo pobre y humilde en su vida diaria, especialmente para renovar nuestra fidelidad cada día cuando regresemos a nuestras respectivas provincias.

Nos envió con el deseo de que “vuestro ser y vuestro actuar sean cauce para que Cristo llegue a la humanidad, el mundo necesita del Amor del Corazón de Cristo donde caben todos sin excepción, de la comunión, la fraternidad y la reconciliación que brota de la Eucaristía. Esta misión de Amor la realizamos como Cuerpo, Cuerpo apostólico universal. Unidas como quiso Rafaela María… Aportaremos y entregaremos cada día a este Cuerpo, mi cuerpo, toda nuestra existencia personal, toda nuestra pasión en servicio y disponibilidad para la misión que buscamos y realizamos con todos los miembros de la Congregación. Lo importante es la unión entre nosotras, porque es lo que garantiza la vitalidad y la eficacia apostólica de la misión, sabiendo que “El Instituto nos ama con corazón de madre, deseando siempre nuestra felicidad, nuestro crecimiento en la vocación de Esclavas”. ¡Qué tesoro para llevar en el corazón!

A continuación, tuvimos una adoración de clausura con las comunidades ante el cuerpo de Santa Rafaela María. Fue un momento conmovedor para nosotras, especialmente la ceremonia de envío. Creemos que este momento conmemorativo nos servirá de inspiración para difundir la Buena Noticia con alegría y gratitud. Concluimos nuestro día con una convivencia en la que hubo danza, teatro…

Os dejamos unas palabras personales llenas de agradecimiento:

Todas las promesas de Dios, son siempre ¡si! Este tiempo de tercera ha sido el palpar el amor sin medida y sin condición, de Dios en especial hacia mi pequeña y sencilla respuesta de seguimiento y fidelidad. Puedo reconocer que Dios siempre está a mi lado y María como madre protectora me acompaña siempre. Esta vez mi buena maestra Rafalea es quien me acompaña en el Si lo quiero para siempre.

Erika, ACI

El Señor ha confiado en mí y me ha llenado con el don de la plenitud de la vida. Estoy plantada y alimentada con el amor y la gracia de Dios que estoy dispuesta a compartir, con generosidad y un corazón alegre, a los demás. La experiencia personal me ha enraizado en un conocimiento más profundo y una fe fuerte en el Señor Jesús, llegando a reconocer y saborear el amor y la naturaleza de la entrega de Jesús. Esto me ha acercado más a Él y ha provocado en mí un movimiento que me lleva a seguir su corazón, radicalmente. La gracia del Señor me mueve a estar con Él y permanecer fiel a Él en mi vocación y misión, como lo hizo María. Teniéndola como mi inspiración, repito con ella y digo: Yo soy la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra (Lc 1, 38).

 Sunita Toppo Aci 

Mi encuentro con Jesús como el lápiz con borrador para seguir escribiendo en una hoja nueva la historia de Dios en mi camino como Esclava. Al contemplar el corazón de Jesús lleno de misericordia siento una llamada a dejar mi sufrimiento en el pasado, dejando transformar mi corazón blando para vivir con gozo y dar alegría a los demás.

Ngoc Thao, ACI

Yo miro atrás de mi camino de Tercera con mucha alegría y gratitud. Santa Raphaela y madre Pilar me acompañaron con cariño. Confirmo que Dios es fiel. Jesús me quiere en Él confió. Me llena la esperanza que brota de su Corazón

Thanh Thao, ACI

¿Cómo corresponder a tanto Amor? Permaneciendo en ese Amor con toda mi pobreza y riqueza. Esta certeza, recoge la experiencia desbordante, generosa y fiel del Amor de Dios para conmigo, junto a mi deseo de corresponder a ese Amor. Siento la fuerza del envío y el fruto de la Tercera en la confianza de que Su fidelidad me sostiene y que Su confianza en mí me llevará a ocuparme más de los Intereses de Su Corazón. Reconociendo que allí (en Su Corazón) tengo un lugar del que recibo nueva vida, del que sigo naciendo junto a tantos otros, con quienes estoy llamada a compartir el Amor recibido, cada día, desde mi condición de hija de Dios y hermana de todos.   

Doris, ACI

En efecto, la tercera probación es “la escuela del corazón”, que me ha ayudado y me ha equipado para amar más a Dios y seguirlo más de cerca como Esclava.  Me gustaría agradecer al instituto por las oraciones y apoyos que he recibido a lo largo de mi camino de formación. En especial a mis formadoras por su guía, consejo y apoyo. ¡Dios nos bendiga!

Candi,ACI

La Tercera fue para mí una experiencia de profunda transformación que me ayudó a ser más yo, más de Dios y más para los demás. 

También ha sido un regalo poder ahondar en nuestras raíces, en la compañía de Santa Rafaela, para seguir caminando confiadas en dirección a un futuro lleno de esperanza dónde todos tienen un lugar en Su Corazón.

Leonor, ACI

Dios ha prometido: “Yo hago nuevas todas las cosas”. (Ap. 21: 5). Y verdaderamente Él lo ha hecho en mi vida. Su gozosa misericordia repara mi pasado, celebra mi presente y transforma mi futuro. Esta alegría de Dios impregna ahora mi interior para permitirme una nueva forma de vivir, para ser discípulo de la Misericordia de Dios — para tener un oído atento, un corazón compasivo, unos brazos abiertos, unos pies disponibles, unos ojos contemplativos, unos labios reconfortantes, una mente universal y una presencia alegre dondequiera que vaya. Gracias Señor por la invitación constante y la confianza.

Thuy Tien, ACI

Miro atrás en estos meses y mi corazón se llena de agradecimiento por tanto bien recibido. Miro adelante y “camino confiada” con la alegría de pertenecer a una gran familia de corazón universal, por el deseo de atraer a cuántos más se pueda para vivir muy dentro de Su corazón y desde la llamada a ser “buena compañía” al estilo de Jesús. ¡Dejémonos transformar por Él!

Montse, ACI

​En primer lugar, quiero agradecer a nuestro Dios Todopoderoso por todas las bondades que he recibido, especialmente en estos momentos de formación.  Estoy muy agradecida a nuestro Señor Jesús que es misericordia y continuamente me permite ver su bondad a través del cuidado y la misericordia del Instituto hacia mí, donde experimento el perdón de Dios que no mira al pasado, sino al futuro, para ser transformada por su amor. Y un agradecimiento especial a quienes me han acompañado con sus oraciones desde el inicio de la tercera probación hasta hoy.

Betty, ACI

La tercera ha sido tiempo de gracia, tiempo de Dios. Llevo en el corazón la certeza que Dios cumple su promesa de vida y me envía a “Ama conmigo” en la misión a su modo.

No me cansaré de decir “Gracias, gracias infinitamente Dios por tu amor y su fidelidad”. Y gracias a todos ustedes que nos han acompañado todo este tiempo con sus oraciones y cariño.

Yeral, ACI

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