DIGNIDAD / CAMERÚN

DIGNIDAD / CAMERÚN

Hace unos meses compartíamos desde Sangmelima cómo habíamos preparado a la comunidad escolar para acoger los nuevos alumnos que se incorporaban tras haber sido desplazados por la guerra que se vive en parte de nuestro país.

Hoy damos voz a una profesora también desplazada que ha pasado a formar parte de nuestro equipo de profesores:

Quisiera comenzar, agradeciendo a la Hermana Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús que, al incorporarme al grupo de la escuela bilingüe del Sagrado Corazón, han puesto alegría no sólo en mi corazón sino también en el de mi madre.

Si digo en el corazón de mi madre, es porque me crio sola, es una alegría para una madre que ha gastado todo para los estudios de su hija y que en medio de la terrible situación que nos encontramos en el suroeste de mi país donde todo es desesperación y tristeza; yo encontré esperanza en las hermanas y en los colegas y estudiantes que me ayudaron a integrarme.

El grupo de la escuela a través de las Hermanas me ha devuelto mi humanidad y me ha permitido ser una mujer independiente y responsable. Soy madre de un niño, y ahora me las arreglo para alimentar y cuidar a mi hijo. De algún modo, yo experimento que el primer marido de una mujer es ante todo su trabajo; y desde ahí puedo pensar que “mi marido” son las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón que me devolvieron la dignidad. Vengo de muy lejos, pero aquí me siento en casa, con un nuevo ambiente familiar, trato de reconstruir una nueva vida… sobre todo cuando pienso que mi madre vendrá lo antes posible a vivir conmigo.

Por todo lo que las Hermanas han hecho por mí, les doy las gracias y rezo para que sigan haciendo lo mismo por más gente.

Magni Mbeng Angeline Achore