Oración a Santa Rafaela María
Rafaela María, tú viviste con el corazón atento, pensante, enamorado, contemplando la grandeza del amor de Dios.
De jovencita, la primera vez que ves y gozas del mar de Cádiz, agradeces maravillada este gran regalo de Dios y disfrutas de él. Más adelante, desde tu experiencia de Dios, del don que te ha regalado le dirás a una hermana que también lo ve por primera vez: «¡Qué omnipotencia la de Dios! ¡Qué dicha tener un Dios tan grande! Y a ese Dios inmenso lo hemos de poseer en su lleno por toda la eternidad y ahora lo poseemos en el Santísimo Sacramento y viene todos los días a nuestro corazón. ¡Esto sí que es un mar sin fondo!»
Queremos vivir así, pasando las cosas por el corazón, dejándonos hacer por nuestro Dios, renovando nuestro “primer amor”.
Ayúdanos a cuidarlo, acompáñanos en nuestro camino para que cada día sea más certero en nuestra vida lo que tú viviste, con tu corazón enteramente enamorado de tu Señor. “Sólo en Jesús, por Jesús y para Jesús, toda mi vida y todo mi corazón, y para siempre”.